LEYENDAS
LEYENDA NAHUA


 
Un día, hace muchísimo tiempo, los dioses Tezcatlipoca, Quetzalcoátl y Citalicue, se reunieron para decidir si el Universo estaba completo.
Después de largas deliberaciones, que se extendieron por tres días y tres noches, llegaron a la conclusión de que todavía faltaba algo: un astro que iluminara la Tierra y le recordara al hombre, con su esplendor, el poder y la magnificencia de los dioses. Resolvieron entonces crear el Sol.
Enviaron mensajeros anunciando que aquél que quisiera convertirse en Sol debía presentarse sin demora en el lugar donde los dioses estaban reunidos.
Dos hombres acudieron al llamado: Tecciztécatl, rico y hermoso, y Nanahuatzin, pobre y enfermo.
Los dioses eligieron al primero y lo llevaron ante una enorme hoguera sagrada.
Para convertirse en Sol, debía arrojarse al fuego.
Al ver las enormes llamaradas, Tecciztécatl retrocedió asustado.
Entonces Nanahuatzin, sin vacilar un instante se arrojó a la hoguera, valerosamente, de donde salió convertido en Sol.
Al ver esto Tecciztécatl se avergonzó de su cobardía y se arrojó a las llamas, poco después salió de éstas convertido en Luna.
Al principio los dos brillaban con la misma intensidad, pero los dioses para recordarle su cobardía arrojaron un conejo a la Luna con lo cual su brillo disminuyó.
Según esta leyenda, aún hoy puede verse este conejo en la Luna y sirve para recordarnos que el valor es una virtud mayor que la belleza o la riqueza.
 

Anónimo

Nahuas: Tribu que ocupaba la región central de lo que hoy es México.